LA SOLEDAD

Hoy escribiré sobre la soledad, pues en estas fechas navideñas, en que todo resplandece y nos deseamos amor y paz, parece que la soledad arrecia un poco.
Yo distingo entre estar solo y sentirse solo; no es lo mismo. Estar solo es no tener compañía, pero eso no implica que te sientas solo.
Sentirte solo es algo más profundo, que puedes sentir en compañía o estando solo; es un agujero en el alma que sientes que nada ni nadie puede llenar.
Yo, que desde pequeña, debido a algunas enfermedades, estaba mucho tiempo sola, sé un poco de la soledad.
Me he sentido a veces, como una extraña en un sitio lleno de gente riendo, sola, sola,sola; o paseando entre la gente que va con sus parejas, o sus hijos, o sus padres y tú piensas: y yo , aquí sola, sola, sola. Me sentí sola cuando mi padre murió, falta de esa figura fuerte, que cuando eres niña te arropa y te mima.
Así, a lo largo de la vida ese hueco de soledad se me agrandó, y ahora en mi plena madurez estoy intentando llenarlo; pero no desde fuera , sino desde dentro de mi , llenarlo de amor , esperanza, cuidado, respeto, compañía...todo eso que he buscado en otros y no en mi interior.
Pienso que esta es la única forma de no sentirme sola, y si , a veces, la soledad me araña un poco, con sus patas fuertes y pegajosas, me la sacudo y digo: no estoy sola, la energía universal está en mi.