jueves, 29 de marzo de 2012

LOS HIJOS

Pues hoy hablaré de los hijos, esos trocitos de ti que tú cuidas con amor y ves crecer y desarrollarse como personas.
Creo que el momento más feliz de mi vida fue cuando vi a mi hijo por primera vez, aquello tan pequeñito ...sentí una paz y una serenidad increíbles.
Luego yo tuve que incorporarme al trabajo, que me quedaba bastante lejos y él quedaba con mi madre, disfrutaba de él los fines de semana , que es cuando lo tenía para mi.
Luego fue creciendo y siempre estuvimos muy unidos, pues iba al mismo colegio que yo (suerte de ser maestra) y recuerdo las mañanas tempranito en el coche , con él detrás.  Siempre fue muy movido, no paraba quieto y muy guerrillero, por cierto, siempre con una espada o una pistola de juguete..
Yo siempre fui una madre muy cañera , pues no le consentía , una porque era el estigma del hijo único, ay, qué mimoso está; otra que yo como buena maestra, sé todos esos trucos que no dejarse manejar y cumplir los castigos que le ponía, etc. También me esforcé en que fuera educado para la igualdad, recuerdo que hasta le compré una muñeca una vez, porque yo era muy moderna y muy feminista; y esos resultados los he visto mucho más tarde, se lo que sembramos siempre recogemos.En su adolescencia pasamos malos momentos , pues chocábamos mucho; pero al hacerse mayor he sabido apreciar lo buena persona que es; en los malos momentos siempre estuvo a mi lado y me apoyó de forma incondicional cuando me separé de su padre.A veces, estuve tan desvalida, que parecía que él era el mayor y yo una niña. Siempre ha tenido una cabeza bien amueblada y la satisfacción que siento como madre es inmensa.
Es curioso como cuando eres madre ves las cosas de otra manera y cuando eres abuela de otra.Yo, ahora que soy abuela he entendido muchos comportamientos de mi madre que antes despreciaba; ahora muchas veces me comporto con mi hijo como ella conmigo, y la he entendido ; ahora que ya no puedo hablar con ella y decirle : Lo siento.
También he tendido que practicar el desprendimiento emocional con él, pues está lejos y aunque en momentos me ha resultado muy doloroso, ha sido mi maestro en el desapego.Por lo que de nuevo le tengo que agradecer .
Así que doy gracias por el hijo que tengo y siempre formará parte de mi, porque un hijo es un hijo.
El tiene ahora su familia y le veo feliz y satisfecho y eso me basta . Y él sabe que siempre yo seré su madre, y que lo amo incondicionalmente. Creo que el amor a los hijos es de los más perfectos que hay; conozco madres con hijos descarriados que los aman igualmente y sin condiciones.
Así que doy gracias de nuevo al Universo por mi hijo y por su familia.

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